Según científicos japoneses, los bosques, y en especial algunos árboles, liberan taninos que hacen que las especies que los rodean se sientan atraídas, mejorando su salud.
En el caso de las personas, síntomas asociados al estrés, frecuencia cardiaca, tensión arterial, sistema nervioso, entre otras, han observado variaciones y mejoras al experimentar cercanía y relación directa con los bosques, según estudios científicos realizados en España el año 2017.
Desde el año 82’, el Ministerio Japonés de Agricultura, Silvicultura y Pesca, promueve los “Baños de Bosque” (Shirin-yoku); técnica de reconexión consciente con la naturaleza que produce un beneficio general sobre la salud física, mental y emocional de las personas. Esta práctica, que se ha ido incorporando en algunos países, fue propuesta en CONAF, en su búsqueda por modernizar la gestión, procurando la preservación de los recursos, pero a la vez garantizando el acceso universal, ha iniciado este proceso que abre la puerta a una nueva cultura de las áreas silvestres protegidas, con el fin de fomentar el respeto por la naturaleza mediante un servicio ecosistémico que contribuya al equilibrio de nuestra especie con el medio natural; tal como lo han demostrado países como Japón, Estados Unidos, España, entre otros.
Si bien es prematuro, demostrar el real efecto que puede tener en Chile, la iniciativa se encuentra en su fase piloto y comenzó a probarse en la Reserva Nacional Río Clarillo, que pretende ser un área protegida modelo, en la entrega de servicios ecosistémicos. Además de la oportunidad que significa, su cercanía al centro poblado más grande del país y con los niveles de estrés más altos de la población.
De hecho, hace algunos días, guardaparques de la unidad, caminaron muy lento entre los árboles, se sentaron, respiraron profundo y observaron los diversos elementos naturales a través de los silencios y sonidos que entrega el bosque, para aprovechar los efectos favorables que éstos tienen en la salud física y mental de las personas, siempre guiados por la especialista Gabriela Iglesias, psicóloga y guía certificada en Baños de Bosque, por la Association of Nature and Forest Therapy de Estados Unidos.
Para la guardaparque Catalina Parra quien tuvo la oportunidad de vivir la experiencia, señaló “el bosque nos regaló una instancia de tranquilidad, salud y encuentro con nuestros compañeros de trabajo, momentos que son necesarios para tener un buen ambiente laboral. Logrando un espacio de sanación y una visión distinta, en un lugar al que estamos habituados a recorrer con prisa y que muchas veces, no nos detenemos a observar”.